lunes, 22 de febrero de 2010

El sueño es necesario para refrescar la memoria



Una siesta a mitad de jornada fortalece el funcionamiento cerebral, según sugiere un estudio de la Universidad de California en Berkeley. El trabajo se ha hecho público durante la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAS, según sus siglas en inglés) que se celebra estos días en San Diego (Estados Unidos).
La investigación muestra que una siesta de una hora puede fortalecer y restablecer en gran medida el funcionamiento cerebral. Los descubrimientos también sugieren que una programación bifásica del sueño no sólo refresca la mente sino que también puede enriquecerla. Por el contrario, los resultados sugieren que cuantas más horas está despierta una persona más se aletarga su mente.
Estos descubrimientos apoyan datos previos de los mismos investigadores de que las noches en vela disminuyen la capacidad para retener nuevos datos en casi un 40 por ciento debido a la desactivación de regiones del cerebro durante la deprivación de sueño.
"El sueño no sólo arregla el mal de una vigilia prolongada sino que, a un nivel neurocognitivo, te mueve hacia donde estabas antes de tomar una siesta", explica Matthew Walker, director de estos estudios.
En el estudio actual se dividió a 39 adultos jóvenes sanos en dos grupos, quienes dormían una siesta y quienes no. A mitad de jornada, todos los participantes pasaban por una tarea de aprendizaje que activaba el hipocampo, una región del cerebro que ayuda a almacenar recuerdos basados en hechos. Ambos grupos realizaron la prueba a niveles comparables.
A las dos de la tarde, el grupo de participantes que hizo la siesta durmió durante 90 minutos mientras que el otro permaneció despierto. Más tarde, a las seis de la tarde, todos ellos realizaron una nueva ronda de ejercicios de aprendizaje. Los que habían permanecido despiertos todo el día tuvieron un peor aprendizaje en contraste con aquellos que durmieron que realizaron la prueba mejor y aumentaron su capacidad para aprender.
Walker apunta que estos descubrimientos refuerzan la hipótesis de los investigadores de que el sueño es necesario para limpiar lo almacenado en la memoria a corto plazo del cerebro y dejar paso a nueva información.
En este trabajo los investigadores han descubierto que este proceso de refrescamiento de la memoria se produce cuando quienes duermen la siesta se encuentran en una fase específica del sueño.
Las pruebas del electroencefalograma, que miden la actividad eléctrica en el cerebro, indicaron que esta capacidad está asociada con la fase 2 del sueño no REM, que tiene lugar entre el sueño profundo (no REM) y el estado conocido como de Movimientos Oculares Rápidos (REM, según sus siglas en inglés).
Walker añade que se desconocía el propósito de esta fase del sueño y que los nuevos resultados ofrecen evidencias de por qué los humanos pasan casi la mitad de sus horas de sueño en la Fase 2, no REM.
"No creo que la Madre Naturaleza nos haga emplear el 50 por ciento de la noche pasando de una fase del sueño a otra sin razón aparente. El sueño es algo complicado. Actúa localmente para proporcionarnos lo que necesitamos", concluye Walker.

viernes, 12 de febrero de 2010

Consumir fruta, verdura y vino con moderación, la mejor defensa contra el cáncer.


Consumir una dieta equilibrada --rica en fruta, vegetales y con un consumo moderado de vino, sobre todo vino rojo-- y preparar la comida de forma correcta, empleando utensilios adecuados y apostando por cocinar al horno o al vapor, podrían ser la mejor defensa contra el cáncer, según explicaron dos de los más importantes investigadores en esta enfermedad, los profesores Attilio Giacosa y Jaak Janssens, en sendas entrevistas publicadas este mes en la web de 'LWWPartnerships' ('http://www.lwwpartnerships.com/').
El profesor Giacosa, jefe del Departamento de Gastroenterología en el Policlínico di Monza, en Italia, es uno de los mayores defensores de la denominada "dieta preventiva". Defiende la necesidad de consumir fruta y verdura como claves para prevenir el cáncer y explica que los beneficios de estos alimentos han sido demostrados "con datos epidemiológicos y observaciones en grupos de población con cáncer que fueron comparados con otros grupos del mismo sexo y edades similares, pero sin cáncer".
"Si estudiamos la dieta y los hábitos alimenticios de ambos grupos, los casos de control de estas investigaciones han demostrado el posible papel que desempeñan frutas y verduras contra muchos tipos de cáncer en diversas situaciones sociales, ambientales y geográficas, especialmente para tumores de pulmón, boca, esófago, estómago e intestino", aseveró. Naranjas, ajos, brócoli, coliflores, repollos y coles de Bruselas son los más beneficiosos.
Pero no es sólo lo que ingerimos, sino cómo lo hacemos, lo que hace posible optimizar las cualidades de frutas y verduras para prevenir el cáncer. Según este experto, su óptimo aprovechamiento se consigue tomando vegetales cultivados por el propio consumidor o en pequeños huertos y en la estación adecuada. "Usar los utensilios adecuados para prepararlos, como cuchillos afilados, se malgasta menos sus cruciales esencias", apuntó, añadiendo que "es importante promover la cocina al horno o al vapor, dos grandes técnicas".
HASTA DOS VASOS DE VINO AL DÍA
Asimismo, el profesor Giacosa aboga por consumir un vaso o dos de vino al día, ya que contienen "todos los activos principales de la fruta, sobre todo los polifenoles --un componente muy importante, porque desde el color del vino, su sabor o su fragancia están relacionados con componentes específicos ligados a los polifenoles, que son extremadamente beneficiosos para nuestro organismo". Según este especialista, el vino rojo es mejor que el blanco. No obstante, la clave está en realizar en la comida un consumo moderado del mismo.
Sobre la prevención del cáncer de mama habló el profesor Janssens, presidente de la Organización Europea de Prevención del Cáncer, en Bélgica, que está de acuerdo en que tomar una dieta equilibrada ayuda a evitar el cáncer. No obstante, destaca también la importancia de eliminar hábitos perjudiciales para la salud, como fumar, y estar alerta de los cambios que se producen en el cuerpo para poder detectar precozmente la aparición de un tumor.
En el caso del cáncer de mama, aunque reconoce que la mayoría aparece durante la pubertad, "los cambios en el estilo de vida de los niños pueden afectar a su crecimiento y de forma secundaria, a su riesgo desarrollar un cáncer de mama", concluyó.